Eñaut Sarriegi, Expatriado de ULMA Handling Systems en Brasil. — Begira - Actualidad ULMA

Ulma Handling Systems

Eñaut Sarriegi, Expatriado de ULMA Handling Systems en Brasil.

Brasil, el país de la samba y la caipirinha, de las playas kilométricas, de la variedad de la fauna y la flora, de la mezcla racial, país de contrastes, con una historia corta pero relevante. São Paulo, “terra da garoa”, el núcleo económico de Brasil, ciudad del caos en cuanto a transporte y movilidad, con grandes índices de criminalidad, la ciudad que no para.
Eñaut Sarriegi, Expatriado de ULMA Handling Systems en Brasil.
27/12/2013

“Así es como puedo describir en pocas palabras la tierra que me acogió hace ya casi un año cuando cargado de motivación e intentando dejar las nostalgias de lado, comencé mi andadura por Brasil. Aterricé el 22 de enero de 2013 en el Aeropuerto Internacional de Cumbica (nombre del distrito de la ciudad de Guarulhos donde se encuentra, y según comentan los locales significa niebla en la lengua Tupi) con intenciones de embarcarme en esta nueva aventura. Conocía el país de anteriores viajes que hice y de otra estancia para aclimatarme que hice en 2012. Esta vez las sensaciones eran diferentes. Las despedidas duraron más tiempo, fueron más duras y las lágrimas tuvieron más presencia sobre todo en aquéllos que me quieren y se quedaron en casa mirando al calendario y haciendo la cuenta atrás hasta la siguiente visita.

Llegué con las tareas divididas en dos ámbitos. Por una parte con un plan de gestión recién sacado del horno que tendríamos que ejecutar paso a paso para poder ir descubriendo resultados, y por otra parte, en el ámbito personal, la regularización de mi estancia en el país. En lo personal, poder regularizar la situación ha sido una ardua tarea. Trabajo que sin profesionales que se dediquen cien por cien a este asunto es complicado de llevar a cabo e incluso nocivo para la salud.

Vas caminando por senderos paralelos, por un lado el visado y la regulación del empleo, por otro lado buscando un piso para vivir,… El primer alivio lo sientes cuando ya tienes tu propio espacio en São Paulo. En el momento en el que te dan las llaves de la que será tu casa en los próximos años, te recorre por el cuerpo una sensación extraña. Aún no te has situado psicológicamente en el país, conoces la realidad pero aún no te la has creído. Pero en ese momento, cuando entras en casa por primera vez te lo empiezas a creer y piensas: ¡Pues parece que esto va en serio!.

Nunca había salido de mi Beasain querido para algo que no fuera algún viaje de trabajo o turismo. No había vivido fuera. Por tanto me encontraba ante una situación totalmente desconocida para mí. Hasta la fecha tampoco había vivido solo nunca, primero en casa de mis padres y después en pareja, pero nunca solo. Poco a poco fui conociendo de cerca las partes positivas y negativas de la ciudad y del país. Y aunque hay cosas negativas que a veces sorprenden por lo absurdo, la verdad es que es un lugar donde una vez captada la esencia, te da una visión optimista que te hace olvidar por unos instantes lo negativo.

“São Paulo es una ciudad famosa por sus atascos y muy cara. Sus habitantes hacen que olvides todo lo negativo.”

São Paulo entre semana es para personas pacientes, que no les irrite demasiado ver cómo avanza el reloj de la vida mientras están en un atasco. Lo sabe todo aquél que lo ha conocido. Aparte de ello, es una ciudad cara y con unos precios infladísimos por culpa de los impuestos que se pagan. El efecto de estos impuestos de los que hablamos no se ve reflejado en el país. Es un país muy atrasado en cuanto a educación, sanidad, infraestructuras públicas, seguridad, etc. Son razones por las que el Brasileño de a pie con un nivel intelectual medio-alto se avergüenza y exige una respuesta por parte del gobierno. Muestra de ello han sido las protestas que comenzaron cuando se estaba disputando la Copa de Confederaciones 2013 de Fútbol con motivo del pasaje de autobús y que evolucionaron en una revuelta del pueblo exigiendo todo tipo de cambios para mejorar la situación actual y la calidad de vida en el país.

Como moneda de cambio a todo lo negativo, Brasil te da al brasileño, afable, amigable, falador,... y la alegría y actividad a cualquier hora del día y de la noche. Entre otras cosas que ofrece São Paulo, hay que destacar la variedad gastronómica (viniendo de un vasco no es de extrañar resaltar este punto). Porque aunque en ningún sitio se puede comer un rapé al horno como el que prepara mi padre(ni nada que se le parezca...) el abanico de restaurantes a los que puedes ir es inmenso. Para el que tenga el morro un poco fino es la capital perfecta.

En el ámbito laboral, ULMA Handling Systems ya tenía la filial montada y en marcha desde hace unos años. Yo llegué con la misión de desarrollar los negocios de Supply Chain Software y Pick To Light Systems en Brasil, soluciones logísticas de menor tamaño con muy buen encaje en mercados emergentes como éste. Es un mercado difícil de trabajar por varios motivos. La falta de facilidades a la hora de hacer las cosas por las complejidades fiscales, la monstruosidad del área geográfica, la dificultad de obtener el feeling de los clientes ante un proyecto o propuesta por la calidez del carácter latino, cambios de rumbo en estrategias por decisiones circunstanciales, la volatilidad del mercado laboral,...

“Mi misión es desarrollar en Brasil los negocios de soluciones logísticas Supply Chain Software y Pick To Light Systems.”

Personalmente este último punto me ha llamado bastante la atención. Es muy común encontrarte con personas que se cambian de trabajo cada 6 meses. Afecta directamente al periodo de maduración de un proyecto y también al desarrollo, pues te puedes encontrar en la situación de que tus interlocutores salen de la empresa sin avisar y sin pasar el testigo y teniendo que comenzar todo el proceso desde 0. Tanto en la vida profesional como fuera de ella he conocido a mucha gente y gracias a ello puedo y debo decir, que en ningún momento me he sentido extranjero. Desde el primer momento me han acogido como si fuera un Brasileiro más entre los 21 millones de habitantes de la Grande São Paulo.

Lo primero que te preguntan es el nombre. La primera en la frente. Explícales que te llamas Eñaut. Al final acabas por ponerte un nombre Brasileño, como Ronaldo. Así es como me conocen en el Starbucks de al lado de casa. Aquél que se aprende mi nombre tiene dos problemas más, pronunciarlo correctamente y escribirlo correctamente. Al pronunciarlo dicen algo como Enautxi con un sonido exótico. Al escribirlo les puede la influencia del francés y la marca de coches Renault y lo escriben Enault. Lo bonito es, en las reuniones de trabajo, cómo se quedan mirando a mi tarjeta de visita. Eñaut Sarriegi Gorrotxategi! Toma ya!.

Entre anécdotas, aventuras, problemas y otros acontecimientos, en todo este tiempo he tenido suerte con contar con gente de la filial de ULMA Handling Systems y del apoyo incondicional de Oñati que me han ayudado tanto a mí como a Gorka, mi hermano expatriado, en los momentos buenos y no tan buenos, así como en todos los trámites necesarios para regularizar la situación. También, hay que decir que tardamos bien poco en montarnos nuestro grupo de amigos que cumple el papel de cuadrilla en los buenos momentos y de familia en los malos. Sin todos ellos, este “viaje” sería mucho más difícil y el recuerdo del que por ahora es el mayor reto profesional y personal de mi vida, probablemente tendría un toque de amargura.

Son las 7h de la mañana, comienza otro día. Voy a ver si, por milagro, no cojo ningún atasco...

“Saudações desde São Paulo, meu lar, longe do lar”.